[Reseña del cortometraje documental Territorias. Mujeres defensoras del ambiente (Argentina, 2020). Dirigida por Graciela Stuchlik y protagonizada por las queridas Silvia Ferrer y Claudia Leguizamón. Con la participación del Foro Hídrico de Lanús y jóvenes de Villa Jardín. Duración: 14’ 34’’. Documentalistas Acción El Ágora.]

En muchas charlas y clases surge la pregunta acerca de cómo comprender las luchas ecofeministas en contextos urbanos. Sucede que cuando se habla de mujeres involucradas en conflictos ecoterritoriales, inmediatamente se las asocia a espacios rurales o semi-rurales donde los extractivismos de la megaminería, el ‘fracking’ y los agronegocios ponen en jaque la distribución del agua y la soberanía alimentaria.

El documental ‘Territorias’ permite comprender la manera en que las praxis ecofeministas se despliegan en metrópolis latinoamericanas como la de Buenos Aires. Identifica las acciones en red que realizan las mujeres en pos de la reproducción social en espacios intersticiales de la metrópolis (subsistencias), en un contexto donde las lógicas destructivas del capital generan grandes volúmenes de efluentes industriales y desechos que degradan los territorios de manera específica. Los espacios por los que pelean las Territorias son aquellos que reciben los mayores impactos, y no por casualidad son los de más escaso valor en el mercado del suelo urbano: se encuentran mayormente expuestos a inundaciones y riesgos ambientales, así como suelen ser los más densamente poblados por familias de migrantes que ya vienen de experimentar la precarización de sus vidas en tierras natales.

Mientras que las lógicas de acumulación capitalistas en las ciudades necesariamente producen y estructuran espacios de relegación urbana (zonas de sacrificio, tal como lo entienden las ecólogas políticas feministas chilenas), las Territorias ponen en práctica la politicidad de la esfera doméstica en un sentido amplio; es decir, en el entendimiento de que la trama barrial, si bien es el ámbito de los más agudos padecimientos y amenazas que impone la gran ciudad, al mismo tiempo es la condición de posibilidad para luchar por una existencia soñada. 

En las zonas de sacrificio urbanas es posible reconocer el solapamiento de distintas injusticias socio-espaciales, cuyas fuentes son diversas. A saber: el déficit habitacional y el hacinamiento que padece una amplia porción de trabajadoras y trabajadores del mercado informal, los déficits en infraestructura básica para la provisión de agua y saneamiento; la exposición a riesgos socio-sanitarios y ambientales vinculados con la cercanía a industrias de alto impacto, basurales a cielo abierto, ríos y arroyos contaminados que funcionan como depósitos de todo tipo de efluentes, etc.

Las Territorias ponen a disposición todos sus sentidos en la producción de conocimientos situados que las ayudan a comprender y combatir dichas injusticias. Escuchan la máquina urbana, huelen los olores nauseabundos, sienten como propias las dolencias de los cuerpos enfermos. Piensan en la implementación de mapeos epidemiológicos colectivos y pedagogías que estimulen la imaginación socio-ecológica de las generaciones de jóvenes, a fines de que reconozcan su valor como sujetos de derecho. En los hogares, en las salitas de salud barriales, en las escuelas y áreas de la gestión, las Territorias generan múltiples estrategias para conocer el entramado complejo que involucran los trabajos de reproducción de la vida en las ciudades. La política para ellas cobra significado en los vínculos cotidianos; se basa en la proximidad de los afectos más cercanos. Es una política que busca sostener las vidas con la poesía y la belleza que requiere enfrentar la coerción de lo pestilente.

En virtud de ello, el cortometraje Territorias muestra la materialidad enlazada en los cuerpos, los entornos barriales más inmediatos y los trabajos de cuidado para la reproducción social. Las relaciones son comprendidas allí, en sentido estricto, como relaciones ecológico-políticas amplias, epistemologías que permiten evidenciar los vínculos porosos que existen, por ejemplo, entre las escuelas y los ríos que las atraviesan. Las Territorias saben cómo navegar perfectamente, con solución de continuidad, las turbulencias que teje la noción de “agua-cuerpo-territorio” que proponen las geógrafas críticas feministas ecuatorianas, a la hora de pensar las injusticias hídricas que tienen como protagonistas a las mujeres. A pesar de las fuerzas opresoras del capitalismo patriarcal, las Territorias construyen espacialidades de resistencia que nos llaman a pensar principalmente en los territorios como las bases materiales que sostienen las vidas.

Así, los ecofeminismos populares de Territorias ponen en juego saberes comunitarios que suelen encontrar dificultades para ser reconocidos y legitimados en el ámbito de las políticas públicas. De otra manera no se explica por qué la población de una cuenca contaminada como la cuenca Matanza Riachuelo, espera hace años políticas ambientales integrales luego de la demanda motorizada por la trabajadora de la salud Beatriz Mendoza, a pesar de la creación de una autoridad de cuenca. Parafraseando a la propia Beatriz en su libro Riachuelo, zona de promesas, las áreas de sacrificio urbanas son zona de promesas en las que muchísimas Territorias claman por una sociedad nueva, verdaderamente ocupada en el horizonte de la justicia ecosocial.

Territorias, una producción documental realizada y protagonizada por mujeres que buscan la visibilidad y el reconocimiento que merecen, a través de la exploración de un dispositivo estético como es el cinematográfico, capaz de crear conocimientos sensibles que movilicen a amplios sectores de la sociedad. 

Se puede ver on line aquí: https://www.youtube.com/watch?v=zkae7zIMqnI&fbclid=IwAR2x2z9kl9MG-Csn8LUfPpSia_GWcFML5mbmTCNfvnJmPTkgTrFklMKVJ_w

“Territórias”. Amazonas do meio ambiente nas ciudades

Imagem: Amanda Martínez

Resenha do curta documentário Territórias. Mulheres defensoras do meio ambiente (Argentina, 2020). Dirigido por Graciela Stuchlik e estrelado pelas queridas Silvia Ferrer e Claudia Leguizamón. Com a participação do Foro Hídrico de Lanús e jovens da Villa Jardín. Duração: 14 ’34’ ‘. Documentaristas Ação El Ágora.

Em muitas palestras e aulas, surge a pergunta sobre como entender as lutas ecofeministas em contextos urbanos. Ocorre que, ao falar de mulheres envolvidas em conflitos ecoterritoriais, elas são imediatamente associadas a espaços rurais ou semi-rurais, onde os extrativismos de mega-mineração, o fracking e o agronegócio colocam em cheque a distribuição de água e a soberanía alimentaria. 

O documentário «Territórias» nos permite entender como a prática ecofeminista se desdobra em metrópoles latino-americanas como Buenos Aires. Identifica as ações em rede realizadas pelas mulheres em busca da reprodução social nos espaços intersticiais da metrópole (subsistências), em um contexto em que as lógicas destrutivas do capital geram grandes volumes de efluentes e resíduos industriais que degradam especificamente os territórios. Os espaços pelos quais as Territórias lutam são aqueles que recebem os maiores impactos e, não por coincidência, são os menos valiosos no mercado de terras urbanas: estão mais expostos a inundações e riscos ambientais, além de serem os mais densamente habitados por famílias migrantes que já experimentaram a precariedade de suas vidas em suas terras nativas.

Enquanto as lógicas da acumulação capitalista nas cidades necessariamente produzem e estruturam espaços de rebaixamento urbano (zonas de sacrifício, como entendem as ecologistas políticas feministas chilenas), as Territorias colocam em prática a politicidade da esfera doméstica em um sentido amplo; ou seja, no entendimento de que a trama do bairro, embora seja a área dos sofrimentos e ameaças mais agudas impostas pela grande cidade, é ao mesmo tempo a condição de possibilidade de lutar por uma existência sonhada.

Nas zonas de sacrifício urbanas, é possível reconhecer a sobreposição de diferentes injustiças socioespaciais, cujas fontes são diversas. Nomeadamente: o déficit habitacional e a superlotação sofridos por grande parte das trabalhadoras e trabalhadores do mercado informal, os déficits em infraestrutura básica para o fornecimento de água e saneamento; a exposição a riscos sócio-sanitários e ambientais ligados à proximidade com indústrias de alto impacto, lixões, rios e córregos contaminados que funcionam como depósitos para todos os tipos de efluentes, etc.

As Territórias põe a disposição todos os seus esforços na produção de conhecimentos situados que as ajudam a entender e combater tais injustiças. Escutam a máquina urbana, sentem os cheiros nauseantes, sentem as doenças dos corpos doentes como se fossem delas. Pensam na implementação de mapeamentos epidemiológicos coletivos e pedagogias que estimulam a imaginação socioecológica das gerações mais jovens, para que reconheçam seu valor como sujeitos. Nos lares, nos postos de saúde do bairro, nas escolas e nas áreas de gestão, as Territórias geram várias estratégias para entender a estrutura complexa  que envolve os trabalhos de reprodução da vida nas cidades. A política, para elas, toma significado nos laços cotidianos; baseia-se na proximidade dos afetos mais próximos. É uma política que busca sustentar vidas com a poesia e a beleza necessárias para enfrentar a coerção dos pestilentos.

Em virtude disso, o curta Territórias mostra a materialidade interligada nos corpos, os ambientes mais imediatos dos bairros e os trabalhos de cuidado para a reprodução social. As relações são entendidas ali, estritamente falando, como amplas relações ecológico-políticas, epistemologias que revelam os elos porosos que existem, por exemplo, entre as escolas e os rios que as atravessam. As Territórias sabem navegar perfeitamente, com uma solução de continuidade, as turbulências tecidas pela noção de «água-corpo-território» que as geógrafos feministas críticas equatorianas propõem, quando pensam nas injustiças hídricas que têm mulheres como protagonistas. Apesar das forças opressivas do capitalismo patriarcal, as Territórias constroem espacialidades de resistência que nos chamam a pensar principalmente nos territórios como as bases materiais que sustentam as vidas.

Dessa forma, os eco-feminismos populares das Territórias colocam em jogo saberes comunitários que dificilmente são reconhecidos e legitimados no campo das políticas públicas. De outra maneira não se pode explicar por que a população de uma bacia contaminada, como é o caso da bacia Matanza Riachuelo, espera há anos por políticas ambientais integrais após a demanda motorizada pela agente de saúde Beatriz Mendoza, apesar da criação de uma autoridade de bacias hidrográficas. Parafraseando a própria Beatriz em seu livro «Riachuelo, zona de promessas», as áreas de sacrifício urbanas são uma zona de promessas nas quais muitas Territórias clamam por uma nova sociedade, verdadeiramente ocupada no horizonte da justiça eco-social.

Territórias, uma produção documental realizada e protagonizada por mulheres que buscam a visibilidade e o reconhecimento que merecem, através da exploração de um dispositivo estético, como o cinematográfico, capaz de criar conhecimentos sensíveis que mobilizem amplos setores da sociedade,

Pode ser visto online aqui: https://www.youtube.com/watch?v=zkae7zIMqnI&fbclid=IwAR2x2z9kl9MG-Csn8LUfPpSia_GWcFML5mbmTCNfvnJmPTkgTrFklMKVJ_w

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