Por Berta Marson

Ir ao artigo em português

Las pañoletas rojo y negro se confunden entre los aplausos de un grupo de personas que celebran las palabras inaugurales del cuarto mandato de la familia Ortega Murillo en Nicaragua. Algunas personas alzan la voz entre los aplausos, remitiéndome a una especie de culto religioso, cuando el dictador proclama, subiendo la voz, que “esos que están presos ahí son los hijos de perra de los imperialistas yanquis. Se los deberían llevar para allá, para los Estados Unidos, porque esos no son nicaraguenses. Dejaron de ser nicaraguenses hace rato”(1). Rosario Murillo, esposa de Ortega y vicepresidenta de Nicaragua, aumenta sus aplausos con alegría cuando su esposo hace énfasis en aquellos hijos e hijas de perra, una de las frases más características del patriarcado a lo largo de siglos en su deseo misógino recurrente de disminuir a las mujeres. 

Espero que el señor Ortega sepa que la prostitución, a lo largo de la historia, forma parte de una industria que tiene entre sus pilares la explotación sexual de las mujeres con el objetivo de satisfacer los deseos masculinos. De manera general, las prostitutas no escogen esta profesión por deseo y sí por necesidad, muchas veces obligadas por otros hombres que lucran con sus cuerpos. En la actualidad, señor Ortega, 1.8 millones de niños y niñas son prostituidas en el mundo (2). Los «hijos e hijas de perra o putas», en el mundo, no son nada más y nada menos que niños y niñas nacidas de las víctimas de la explotación sexual masculina. Dentro del núcleo familiar, la figura que más se ha identificado como motor de violencia sexual en la infancia es: el padrastro (3). Este dato viene acorde con la acusación de violencia sexual que persigue al presidente de Nicaragua y a su esposa, Rosario Murillo, incluso en su cuarto mandato en la presidencia del país. 

Nicaragua cuenta con una mujer en la vicepresidencia; sin embargo, esto no es un sinónimo de avance en políticas de género y en la garantia de derechos de las mujeres dentro de nuestra diversidad étnico-racial, de clase social y de género. Es importante recordar que el patriarcado es un sistema tan fuertemente impregnado en lo cotidiano que la presencia del patriarca no es necesaria para activar mecanismos de opresión y abuso de poder que podrían ser accionados y reproducidos por otras mujeres. 

Así como hay mujeres dentro de la estrutura de poder del estado patriarcal y colonial nicaragüense, también hay mujeres presas políticas en régimen de aislamiento que, desde hace varios meses, apenas conversan con quien las interroga. Para otras mujeres la prisión se da en sus propios territorios ancestrales, como lo es el caso de Mujeres de la Nación Mayangna, localizada en el Caribe Norte de Nicaragua, que son víctimas de violencia sexual por parte de colonos y a quienes se impide ir a sus propios cultivos para buscar alimento, pues existen grupos armados que provocan masacres como la del 23 de Agosto de 2021 en el cerro de Kiwakumbaih. En este episodio de terror asesinaron más de 20 personas de los pueblos Miskitu y Mayangna, y dos mujeres fueron abusadas sexualmente, una de ellas asesinada después del abuso(4). Algunas semanas antes de las elecciones presidenciales, el gobierno de Nicaragua arremetió, a través de una campaña de desprestigio, a distintos medios de comunicación que denunciaron ésta y muchas otras masacres que socializan el genocidio indígena en curso, caracterizando a estos medios de occidentales, provenientes de la burguesía y en alianza con los Estados Unidos(5). 

Es imposible no percatarse de la gran contradicción del gobierno de Ortega que, mientras acusa de occidentales a grupos que defienden los territorios ancestrales en Nicaragua, especificamente en la Moskitia(6), preserva el modelo del Estado colonial y patriarcal de origen occidental. Esta no sería la primera vez que Ortega, o el propio sandinismo en la década de 1980, acusan a pueblos indígenas y étnicos del Caribe de tener una alianza con los Estados Unidos debido a su reivindicación ancestral de propiedad colectiva de la tierra y de preservar los modelos de gobiernos comunitarios. La propia base marxista del sandinimo en Nicaragua, también de origen occidental, está vinculada a concepciones tecnicistas, positivistas, progresistas y desarrollistas que se han impuesto con violencia en las lógicas no occidentales amerindias y de la diáspora africana. 

El sandinismo adoptó una compresión del mundo y la sociedad que ignora el mundo habitado por otras sociedades que no pertenecen a esta lógica colonizada, y despersonifica especies y entidades en mundos que mal conoce y constantemente ataca. Para descolonizar el sandinismo e iniciar una reflexión critica sobre lo que reproducimos como sociedad de la violenta herencia colonial, habría que desvincular el poder de una sola persona y tal vez generar prácticas comunitarias para una gobernanza colectiva, pero el cuarto mandando de Ortega indica que esta reflexión está muy lejos de suceder a lo interno del sandinismo. Contrariar a la familia presidencial significa ser categorizada como occidental e imperialista en el discurso, aunque las prácticas gubernamentales estén atravesadas por la reproducción de la violencia colonial y patriarcal. 

La retórica antimperialista de la defensa sandinista frente a la oposición está cada vez más debilitada e impugnada por la digna rabia de las luchas ancestrales, las organizaciones de distintos grupos de mujeres que denuncian el machismo estructural, y una diversidad de mundos y géneros con los cuales este grupo revolucionario nunca imaginó enfrentar. De hecho, es curioso cómo en América Latina las revoluciones y gestas más famosas y divulgadas han sido protagonizadas por personas blancas y mestizas cuyos movimientos no desafiaron las bases coloniales de organización social. En las homenajeadas gestas revolucionarias latinoamericanas existe una enorme deuda de reconocimiento a las luchas protagonizadas por pueblos negros e indígenas, como la revolución del pueblo Guna el 21 de Febrero de 1925, en respuesta a una occidentalización forzada por parte del gobierno de Panamá, o bien, la independencia de Haití, una insurrección de esclavos y esclavas negras que estremecieron el mundo moderno colonial. Esta misma invisibilización de luchas se vive en Nicaragua al darle mas crédito a la revolución sandinista e ignorando la resistencia ancestral de los pueblos de la Moskitia de la Costa Caribe. Las revoluciones legitimadas en la región están estrechamente ligadas a la raza/etnia, y a la preservación de las bases coloniales, pues son éstas las que han sido más aceptadas entre la cantidad de revueltas populares producidas en el continente. 

Hoy en dia, una vieja herida se abre en la memoria colectiva de muchas personas en Nicaragua que remite a la todavía vigente disputa geopolítica de las grandes potencias en su intención de repartirse el mundo: la posibilidad de otro embargo económico. El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, firmó el pasado 10 de noviembre la Ley Renacer. La ley autoriza al gobierno de EEUU evaluar su relación comercial con Nicaragua, establecida a traves del Tratado de Libre comercio, con la posibilidad de eliminar los beneficios del comercio exterior con el país. Es una de las muchas formas de sanción que Estados Unidos hace a Nicaragua en respuesta a las denuncias de represión y crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno Ortega-Murillo. Estados Unidos es el mayor socio comercial de Nicaragua, receptor del 62% de las exportaciones nicaragüenses. Sin duda, cada sanción estadunidense se paga internamente con cárcel y el recrudecimiento de la represión a la oposición de manera general, incluso a aquellos sectores y movimientos desvinculados a cualquier contacto con gobiernos o partidos políticos en el exterior. El resultado es una cierta incomprensión de la diversidad opositora en Nicaragua al relacionar a todos los grupos con el imperialismo yanqui. 

Esto puede verse claramente en una nota de felicitaciones emitida por el Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil al fraudulento proceso electoral del 7 de noviembre. Según la nota, las elecciones en Nicaragua se caracterizaron por una “gran manifestación popular y democrática” como resultado del apoyo de “una población y un proyecto político que tiene como principal objetivo la construcción de un país socialmente justo e igualitario”(6). Uno de los mayores tropiezos de la izquierda nacionalista y marxista latinoamericana ha sido la falta de diálogos y de reconocimientos a la diversidad de las luchas contra coloniales que ofrecen otras formas de resistir y luchar que han sido deslegitimadas por un proyecto de izquierda basado, aún, en un proyecto de estado-nación colonial.

Dos dias después del triunfo fraudulento de Ortega y Murillo, apareció muerto en la cárcel Modelo de Tipitapa, Nicaragua, el abogado Santos Sebastián Flores Castillo. Preso y torturado desde el año 2013, Santos Sebastian acusaba a Daniel Ortega de violación sexual a su hermana cuando ésta tenía 15 años de edad (7). Las acusaciones de violencia sexual persiguen a Ortega, y muchos otros sandinistas, a lo largo de años, evidenciando la condición patriarcal de este movimiento. Hasta el día de hoy no ha sido esclarecida la muerte de Flores Castillo, que se encontraba preso bajo custodia extrema por la acusación de un tema “sensible» que asedia como fantasma a los Ortega-Murillo. 

La prostitución y la desvalorización secular de las mujeres es un producto evidente del patriarcado. En la región hay una relación estrecha entre prostitución y esclavitud, principalmente impuesta a mujeres negras e indígenas. Las putas, o perras, como lo ha dicho Ortega en su discurso inaugural, aplaudido por Murillo, no son nada más que las mujeres cuyos cuerpos han sido explotados como objetos de placer por el patriarcado. Los hijos e hijas de puta, o de perra, como Ortega ha decidido llamar a la oposición, son nada menos que las personas nacidas de violaciones fruto del deseo sexual masculino. Desde distintos feminismos hemos denunciado la condición colonial y patriarcal del estado, sea éste de izquierda, centro, o derecha reclamando que la revolución será feminista, o no será. Para Ortega y el sandinismo hemos representado una pesadilla, siendo las hijas de las víctimas cuyas ideas y reinvindicaciones no han podido callar. 

Referencias

(1) https://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/daniel-ortega-llama-hijos-de-perra-a-opositores-presos-630995

(2) https://www.unicef.es/causas/mundo/proteccion-ninos 

(3) “Child Abuse and Father Figures: Which Kind of Families Are Safest to Grow Up In?”

(4) https://www.revistaamazonas.com/2021/08/27/pronunciamiento-del-gobierno-de-mujeres-mayangnas-de-nicaragua-sobre-la-nueva-masacre-a-originarios-del-territorio-mayangna-sauni-as-ciudad-e-bonanza-del-triangulo-minero-nicaragua/

(5) https://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:121865-la-verdad-sobre-la-violencia-en-bosawas-nicaragua

(6) La Moskitia se localiza en Centroamérica, al este de Honduras y Nicaragua, bordeando la costa del mar caribe. El territorio está habitado principalmente por pueblos indígenas y afrodescendientes. Al escapar de los dominios de la colonización española, esta área geográfica tuvo la presencia británica en su territorio pero preservó los modelos ancestrales de gobierno comunales. Los asuntos pertinentes a estos pueblos se deciden a través de asambleas territoriales en las que la autoridad máxima para decidir es la propia comunidad.

(7) https://brasil.elpais.com/brasil/2021-11-10/pt-celebra-eleicao-fraudulenta-de-ortega-na-nicaragua-mas-volta-atras-e-tira-nota-do-ar.html

(8) https://www.diariolasamericas.com/america-latina/muere-la-carcel-abogado-que-denuncio-ortega-violacion-menor-n4236629?fbclid=IwAR3W88F-Qp8bhsEQMOKd_QltSoRGPxo2ncZrLvY6U4WN9bhcoQtMo5BF6cM

.

As «filhas de cadela»: violência machista e colonialidade no processo eleitoral da Nicarágua

Por Berta Marson

Os lenços vermelhos e pretos se confundem em meio aos aplausos de um grupo de pessoas que celebra o discurso inaugural do quarto mandato da família Ortega Murillo na Nicarágua. Algumas pessoas comemoram em meio aos aplausos, lembrando-me de uma espécie de culto religioso, quando o ditador proclama, levantando sua voz, que «aqueles que estão presos ali são os filhos de cadela dos imperialistas ianques. Deveriam levá-los para lá, para os Estados Unidos, porque não são nicaraguenses. Eles deixaram de ser nicaraguenses há muito tempo» (1). Rosario Murillo, esposa de Ortega e vice-presidenta da Nicarágua, aumenta seu aplauso com alegria quando seu marido enfatiza esses filhos e filhas de cadela, ou de puta, uma das frases mais características do patriarcado ao longo dos séculos em seu desejo misógino recorrente de diminuir as mulheres. 

Espero que o Sr. Ortega saiba que a prostituição, ao longo da história, faz parte de uma indústria que tem entre seus pilares a exploração sexual da mulher a fim de satisfazer os desejos masculinos. Em geral, as prostitutas não escolhem esta profissão por desejo, mas por necessidade, e muitas vezes obrigadas por outros homens a lucrar com seu corpo. No momento, Sr. Ortega, 1,8 milhões de crianças são prostituídas no mundo (2). Os «filhos e filhas de cadelas ou putas» do mundo são nada mais e nada menos que crianças nascidas de vítimas da exploração sexual masculina. Dentro do núcleo familiar, a figura mais frequentemente identificada como um causador de violência sexual na infância é: o padrasto (3). Este fato está alinhado com a acusação de violência sexual que assombra o presidente da Nicarágua e sua esposa, Rosario Murillo, mesmo em seu quarto mandato como presidente do país. 

A Nicarágua tem uma vice-presidenta mulher; entretanto, isto não representa um avanço nas políticas de gênero e na garantia dos direitos das mulheres dentro de nossa diversidade étnico-racial, de classe social e gênero. É importante lembrar que o patriarcado é um sistema tão fortemente impregnado na vida cotidiana que a presença do patriarca não é necessária para ativar mecanismos de opressão e abuso de poder, que poderiam ser desencadeados por outras mulheres que o reproduzem.

Assim como há mulheres dentro da estrutura de poder do estado patriarcal e colonial da Nicarágua, também há mulheres presas políticas em regime de isolamento que só falam com quem as interroga há vários meses. Há outras mulheres cuja prisão está dentro de seus próprios territórios ancestrais, como o caso das mulheres da Nação Mayangna, Caribe do Norte da Nicarágua, que são vítimas de violência sexual e que são impedidas de ir às suas próprias colheitas para procurar alimentos devido à existência de grupos armados no Caribe Norte que provocaram massacres, como o ocorrido em 23 de agosto de 2021 no morro de Kiwakumbaih. Neste episódio de terror, mais de 20 pessoas dos povos Miskitu e Mayangna foram assassinadas, e duas mulheres foram abusadas sexualmente, sendo uma delas morta após o abuso (4). Algumas semanas antes das eleições presidenciais, o governo nicaraguense lançou uma represália e campanha de desprestigio contra vários meios de comunicação que denunciaram este e muitos outros massacres que mostram o genocídio indígena em curso, caracterizando estes meios de comunicação como ocidentais, provenientes da burguesia e em aliança com os Estados Unidos (5). 

É impossível não notar a grande contradição do governo Ortega-Murillo, que, embora acusando vários grupos que defendem territórios ancestrais na Nicarágua, especificamente na Moskitia (6), de serem ocidentais, eles preservam o modelo do estado colonial e patriarcal de origem ocidental. Esta não seria a primeira vez que Ortega, ou o próprio Sandinismo nos anos 80, acusou os povos indígenas e étnicos do Caribe de terem uma aliança com os Estados Unidos por causa de sua reivindicação ancestral de propriedade coletiva da terra e preservação dos modelos de governo comunitário. A própria base marxista do sandinismo na Nicarágua, também de origem ocidental, está ligada a concepções tecnicistas, positivistas, progressistas e desenvolvimentistas que têm sido violentamente impostas às lógicas ameríndias não ocidentais e da diáspora africana. 

O sandinismo adotou uma compreensão do mundo e da sociedade que ignora o mundo habitado por outras sociedades que não pertencem a esta lógica colonizada, e despersonaliza espécies e entidades em mundos que desconhece e ataca de forma constante. Para descolonizar o sandinismo e iniciar uma reflexão crítica sobre o que reproduzimos como sociedade a partir da violenta herança colonial, seria necessário desvincular o poder de uma única pessoa e talvez gerar práticas comunitárias de governança coletiva, mas o quarto mandato de Ortega indica que esta reflexão está longe de acontecer dentro do sandinismo e da família Ortega-Murillo. No entanto, ir contra a família presidencial significa ser categorizada como ocidental e imperialista no discurso, mesmo que as práticas governamentais sejam marcadas pela reprodução da violência colonial. 

A retórica anti-imperialista que prevalece na defesa sandinista dos diferentes frentes de oposição é cada vez mais enfraquecida e contestada pela digna raiva das lutas ancestrais, pelas organizações de diferentes grupos de mulheres que denunciam o machismo estrutural, e por uma diversidade de mundos e gêneros que este grupo revolucionário nunca imaginou enfrentar. De fato, é curioso como na América Latina as revoluções e conquistas mais conhecidas e amplamente divulgadas foram lideradas por brancos e mestiços cujos movimentos não contestaram as bases coloniais de organização social. Nas comemoradas conquistas revolucionárias da América Latina, há uma enorme dívida de reconhecimento daquelas lideradas por povos negros e indígenas, como a revolução do povo Guna em 21 de fevereiro de 1925, em resposta a uma ocidentalização forçada pelo governo do Panamá, ou a independência do Haiti, uma insurreição realizada por escravos e escravas negras que estremeceram o mundo colonial moderno. Esta mesma invisibilização das lutas é experimentada na Nicarágua, dando mais crédito à revolução sandinista e ignorando a resistência ancestral dos povos da Moskitia da costa do Caribe. Tudo indica que as revoluções legitimadas na região estão intimamente ligadas à raça/etnia, e a preservação das bases coloniais, já que estas são as mais aceitas dentro do número de revoltas populares que aconteceram no continente. 

Hoje, uma velha ferida se abre na memória coletiva de muitas pessoas na Nicarágua, e está ligada à disputa geopolítica ainda em curso entre as grandes potências, em sua intenção de repartir o mundo: a possibilidade de outro embargo econômico. O Presidente dos EUA Joe Biden assinou a » Lei Renascer» em 10 de novembro. Esta lei autoriza o governo dos EUA a avaliar sua relação comercial com a Nicarágua, estabelecida através do Acordo de Livre Comércio, com a possibilidade de eliminar os benefícios do comércio exterior com o país. A lei representa uma das muitas formas de sanções que os EUA tomaram contra a Nicarágua, após alegações de repressão e crimes contra a humanidade cometidos pelo governo Ortega-Murillo. Os EUA são o maior parceiro comercial da Nicarágua, responsável por receber 62% das exportações do país. Sem dúvida, toda sanção dos EUA contra o governo Ortega-Murillo é paga internamente com prisão e aumento da repressão contra a oposição em geral, mesmo aqueles setores que não estão ligados a nenhum contato com governos ou partidos políticos no exterior. Isto tem gerado uma série de equívocos sobre a diversidade da oposição na Nicarágua, ligando todos os grupos ao imperialismo norte-americano. 

Isto pode ser visto claramente em uma nota de felicitações emitida pelo Partido dos Trabalhadores (PT) no Brasil ao processo eleitoral fraudulento que ocorreu no dia 7 de novembro na Nicarágua. Segundo a nota do PT, as eleições na Nicarágua foram caracterizadas por uma «grande manifestação popular e democrática», como resultado do apoio de «uma população e um projeto político cujo objetivo principal é a construção de um país socialmente justo e igualitário”(7). Um dos maiores obstáculos da esquerda nacionalista e marxista latino-americana tem sido evidentemente a falta de diálogo e reconhecimento da diversidade das lutas anticoloniais que oferecem outras formas de resistência e luta deslegitimadas por um projeto de esquerda ainda baseado em um projeto de estado-nação colonial.

Dois dias após a vitória fraudulenta de Ortega e Murillo, o advogado Santos Sebastian Flores Castillo é encontrado morto na prisão Modelo em Tipitapa, Nicarágua. Preso e torturado desde 2013, Santos Sebastian acusou Daniel Ortega de violar sua irmã quando ela tinha 15 anos de idade (8), e são essas acusações de violência sexual que têm perseguido Ortega, e muitos outros sandinistas, durante anos, evidenciando a condição patriarcal desse movimento revolucionário. Até hoje, a morte de um prisioneiro que estava sob custódia extrema e fazendo uma acusação de um tema «sensível» que assombra a família Ortega-Murillo como um fantasma, ainda não foi esclarecida. 

A prostituição e a desvalorização secular da mulher é um claro produto do patriarcado. Existe uma estreita relação entre prostituição e escravidão na região, principalmente imposta as mulheres negras e indígenas. As prostitutas, ou cadelas, como colocadas no discurso inaugural de Ortega, aplaudidas por Murillo, nada mais são do que mulheres cujos corpos foram explorados como objetos de prazer pelo patriarcado. Os filhos e filhas de prostitutas, ou de cadelas, como Ortega decidiu chamar a oposição, são nada mais do que pessoas nascidas de estupro como resultado do desejo sexual masculino. De diferentes feminismos temos denunciado a condição colonial e patriarcal do Estado, seja de esquerda, centro ou direita, alegando que a revolução será feminista, ou não será. Para Ortega e para o sandinismo representamos um pesadelo, sendo as filhas das vítimas cujas idéias e reivindicações não conseguiram calar. 

Referencias

  1. https://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/daniel-ortega-llama-hijos-de-perra-a-opositores-presos-630995

(2) https://www.unicef.es/causas/mundo/proteccion-ninos 

(3) “Child Abuse and Father Figures: Which Kind of Families Are Safest to Grow Up In?”

(4) https://www.revistaamazonas.com/2021/08/27/pronunciamiento-del-gobierno-de-mujeres-mayangnas-de-nicaragua-sobre-la-nueva-masacre-a-originarios-del-territorio-mayangna-sauni-as-ciudad-e-bonanza-del-triangulo-minero-nicaragua/

(5) https://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:121865-la-verdad-sobre-la-violencia-en-bosawas-nicaragua

(6) Moskitia – A Moskitia está localizada na América Central, a leste de Honduras e Nicarágua, ao longo da costa do Mar do Caribe. O território é habitado principalmente por povos indígenas e afrodescendentes. Tendo escapado dos domínios da colonização espanhola, esta área geográfica teve uma presença britânica em seu território, mas preservou modelos ancestrais de governos comunitários. As questões relativas a esses povos são decididas através de assembleias territoriais nas quais a autoridade máxima para tomar decisões é a própria comunidade.

(7) https://brasil.elpais.com/brasil/2021-11-10/pt-celebra-eleicao-fraudulenta-de-ortega-na-nicaragua-mas-volta-atras-e-tira-nota-do-ar.html

(8) https://www.diariolasamericas.com/america-latina/muere-la-carcel-abogado-que-denuncio-ortega-violacion-menor-n4236629?fbclid=IwAR3W88F-Qp8bhsEQMOKd_QltSoRGPxo2ncZrLvY6U4WN9bhcoQtMo5BF6cM

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.