Por Briseida Barrantes Serrano

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Es indiscutible el impacto ocasionado por la atinada iniciativa de tres valientes mujeres indígenas, lideresas comunitarias de la Comarca Ngäbe Buglé, al preparar un menú popular de arroz blanco con tuna e invitar a degustarlo a las y los representantes del gobierno, que acudieron a la Mesa Única de Diálogo en la ciudad de Penonomé, provincia de Coclé, el pasado viernes 22 de julio.

Este hecho se dio en el marco de la gran huelga nacional de docentes y obreros de la construcción, acompañado de un estallido social de movilizaciones diarias, paros, piqueteos y cierres de calles, que llevan los sectores sindicales, gremiales, el pueblo Ngäbe Buglé, comunidades campesinas, asociaciones, colectivos diversos y el pueblo en general indignado.

Ha sido un suceso de matices insurreccionales, ya que se emplazó con valentía a las y los representantes gubernamentales, para que probaran un almuerzo de arroz con tuna. Alimentos cuyos precios entraron en la lista de los 10 primeros productos que fueron congelados por el gobierno, gracias a la presión popular.

El inesperado ofrecimiento que les hizo Domitila Sandoya, vocera indígena en la Mesa Única de Diálogo, de este sabroso almuerzo, sorprendió a la delegación gubernamental, quienes rechazaron la comida ofrecida, quedando desubicados y sintiendo la incomodidad del justo reclamo, tan claro como las palabras de esta lideresa comunitaria de la Comarca Ngäbe Buglé, quien durante su vibrante intervención les dijo:

“…Pero como el gesto de buena voluntad que el gobierno tiene hacia el pueblo también nosotros tenemos el gesto de buena voluntad de brindar el almuerzo a ustedes que congelaron para nosotros y espero que la disfruten y la gocen…”

Mientras ella hablaba otra compañera indígena repartía la comida preparada a los ministros y las ministras, servida en nítidos envases higiénicos.

Este hecho inédito en la historia del país ha generado una grata empatía y reconocimiento a las lideresas indígenas, tanto a nivel nacional como internacional. Por lo tanto, no debe pasar desapercibido, ni tomarse como chanza.

En una entrevista que les hicieron a estas tres combatientes indígenas, que circula en redes sociales, les preguntaron: ¿de dónde salió la idea? A lo que una de ellas respondió:

“la idea fue de las tres, mi compañera y yo, porque al ver que el gobierno está congelando los precios de la canasta básica, entonces, al ver que congelaron la tuna, congelaron la arroz, y nosotros dijimos, bueno, entonces ya que se estaba acercando la hora del almuerzo también, y como ellos cada ratito pedían receso, para que no tuvieran que ir a almorzar lejos, entonces nosotros tomamos la decisión de hacerle un pequeño brindis, solidarizándonos con ellos para que no tuvieran que ir tan lejos a almorzar. Pero lo que me sorprende de ellos que no quisieron comer, porque, me dicen, que esa comida era una falta de respeto, darle a ellos lo que ellos mismos congelaron para nosotros, fue una falta de respeto. Y me dijeron, una de las ministras me dijo que esa comida es para perro, por lo tanto, no lo voy a comer”.

Fuente: El Siglo de Panamá

Este acontecimiento, transmitido a todo el país, es una enseñanza de economía doméstica y sabiduría popular, que expresa la realidad de la vida cotidiana de las personas excluidas que sienten la desigualdad en el terreno.

Es una lección práctica de economía política que le han dado al gobierno, para que entiendan, de una vez por todas, que sus políticas económicas neoliberales aturden, excluyen y empobrecen cada día más a las familias y comunidades de difícil acceso. Que, si su pueblo puede comer arroz con tuna para sobrevivir, ellos y ellas también deberían hacerlo y recortar las prebendas y ganancias producto de la evasión fiscal que ha empobrecido y endeudado al país.

Menospreciar a las Mujeres Indígenas: Grave error político

Las y los representantes del gobierno cometieron, una vez más, un grave error político, al haber dado una respuesta tan arrogante y despreciable a quienes les ofrecieron un plato de comida. Este gesto desafortunado, ha sido rechazado por el conjunto de las grandes mayorías del pueblo panameño, que siguen luchando por un mejor país. Seguramente que, si hubiese sido para pedirles el voto en las elecciones, esa misma delegación gubernamental se hubiesen atragantado de una sola cucharada, cada uno de los platos de arroz con tuna ofrecidos y hasta hubiesen repetido.
Ha sido fundamental, contar con la participación de mujeres indígenas en la Mesa Única de Diálogo, porque ellas siempre han demostrado gran conocimiento de la verdadera economía familiar. Tienen las habilidades de hacer magia con lo poco que tienen para alimentar a sus hijos e hijas, alcanzando para todas y todos. Han dado una gran enseñanza al gobierno, a quien le decimos que no debe menospreciar la inteligencia y capacidades que nacen de las profundidades del pueblo panameño.
Las mujeres indígenas, juegan un papel fundamental en la economía doméstica, conocen muy bien la realidad y expresan el sentir verdadero de la población. Ellas han expresado que ese almuerzo ofrecido a la representación gubernamental es el que se les brinda a niños y niñas en las escuelas de la Comarca Ngäbe Buglé.

Con esta acción directa, las lideresas ngäbe buglé han evidenciado la carestía de otros productos, a los que no tienen acceso debido al alto precio de los alimentos, especialmente si se aspira a que sean saludables.
El mensaje ha sido aleccionador para quienes mantienen al país sumido en una grave crisis socioeconómica, el gobierno y sus aliados históricos: el gran capital. Por lo tanto, urge una canasta básica de alimentos saludable y accesible al pueblo panameño, a lo largo y ancho de todo su territorio.

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Fuente: El Siglo de Panamá

As mulheres da insurreição do arroz com atum

Por Briseida Barrantes Serrano

Tradução: Amanda Martínez E.

O impacto causado pela sábia iniciativa de três corajosas mulheres indígenas, líderes comunitárias da Comarca Ngäbe Buglé, ao preparar um cardápio popular de arroz branco com atum e convidar as e os representantes do governo que participaram da Mesa Redonda Única na cidade de Penonomé, província de Coclé, na última sexta-feira, 22 de julho, para prová-lo, é inquestionável.

Isto ocorreu no âmbito da grande greve nacional de professores(as) e trabalhadores(as) da construção civil, acompanhada por uma explosão social de mobilizações diárias, paralisações, piquetes e fechamento de ruas, liderada por sindicatos, uniões sindicais, o povo Ngäbe Buglé, comunidades camponesas, associações, coletivos diversos e o povo indignado de modo geral.

Foi um evento com tons insurrecionais, pois representantes do governo foram corajosamente convocados(as) para experimentar um almoço de arroz e atum. Alimentos cujos preços foram incluídos na lista dos 10 primeiros produtos a serem congelados pelo governo, devido à pressão popular.

A inesperada oferta deste saboroso almoço feita por Domitila Sandoya, porta-voz indígena na Mesa Única de Diálogo, surpreendeu a delegação do governo, que recusou a refeição oferecida, ficando desorientada e sentindo o desconforto da justa reivindicação, tão claro quanto as palavras desta líder comunitária da Comarca Ngäbe Buglé, que durante sua vibrante intervenção lhes disse:

«…Mas como gesto de boa vontade que o governo tem para com o povo, temos também o gesto de boa vontade para oferecer o almoço a vocês que congelaram para nós e espero que vocês o desfrutem e o apreciem…».

Enquanto ela falava, outro colega indígena entregou a comida preparada aos ministros, servida em recipientes limpos e higiênicos.

Este evento sem precedentes na história do país gerou uma grande empatia e reconhecimento para ás líderes indígenas, tanto a nível nacional quanto internacional. Portanto, não deve passar despercebido, nem deve ser tomado como uma brincadeira.

Em uma entrevista com essas três defensoras indígenas, que circulam nas redes sociais, perguntaram a elas: de onde surgiu a ideia? A qual uma delas respondeu:

«A idéia veio de nós três, da minha companheira e eu, porque quando vimos que o governo estava congelando os preços da cesta básica, então, ao vermos que eles congelaram o atum, eles congelaram o arroz, e nós dissemos, bem, já que estava chegando perto da hora do almoço também, e já que eles estavam pedindo um descanso a cada instante, para que não tivessem que ir longe para o almoço, então decidimos fazer um pequeno brinde, em solidariedade com eles, para que não tivessem que ir tão longe para o almoço. Mas o que me surpreende é que eles não queriam comer, porque, me disseram, que aquela comida era desrespeitosa, mas a gente deu o mesmo que eles tinham congelado para nós, aquilo foi desrespeitoso. E eles me disseram, um dos ministros me disse que esta comida é para cães, então eu não vou comê-la.

Fuente: El Siglo de Panamá

Este evento, transmitido em todo o país, é uma lição de economia doméstica e sabedoria popular, expressando a realidade da vida diária das pessoas excluídas que sentem a desigualdade no terreno.

É uma lição prática de economia política que eles deram ao governo, para que entendam, de uma vez por todas, que suas políticas econômicas neoliberais atordoam, excluem e empobrecem cada vez mais as famílias e comunidades com difícil acesso. Que, se o povo pode comer arroz e atum para sobreviver, eles e elas também deveriam fazê-lo e reduzir as vantagens e os lucros da evasão fiscal que empobreceram e endividaram o país.

Menosprezar as Mulheres Indígenas: Um grave erro político.

As e os representantes do governo mais uma vez cometeram um grave erro político ao dar uma resposta tão arrogante e desprezível àquelas que lhes ofereceram um prato de comida. Este infeliz gesto foi rejeitado pela grande maioria do povo panamenho, que continua lutando por um país melhor. Certamente, se fosse para pedir-lhes que votassem nas eleições, a mesma delegação governamental teria engolido cada colher cheia de arroz e atum que lhes foi oferecido, e eles teriam até repetido o prato.

A participação das mulheres indígenas na Mesa Única de Diálogo tem sido fundamental, pois elas sempre demonstraram grande conhecimento da verdadeira economia familiar. Elas têm a capacidade de fazer magia com o pouco que têm para alimentar seus filhos, fazendo o suficiente para todas e todos. Elas deram uma grande lição ao governo, a quem dizemos que não devem subestimar a inteligência e as capacidades que nascem das profundezas do povo panamenho.

As mulheres indígenas, que desempenham um papel fundamental na economia doméstica, conhecem muito bem a realidade e expressam os verdadeiros sentimentos da população. Elas expressaram que o almoço oferecido aos representantes do governo é o oferecido às crianças nas escolas da Comarca Ngäbe Buglé.

Com esta ação direta, as líderes Ngäbe Buglé destacaram a escassez de outros produtos, aos quais não têm acesso devido ao alto preço dos alimentos, especialmente se aspiram a ser saudáveis.

A mensagem tem sido sóbria para aqueles que mantêm o país em uma grave crise sócio-econômica, o governo e seus aliados históricos: o grande capital. Portanto, há uma necessidade urgente de uma cesta básica saudável e acessível para o povo panamenho em todo o país.

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