
Imagen: Red de Acompañantes de Aborto de Baja California
Leyenda: Manta colocada en el cerco fronterizo Tijuana/San Diego E.U.
Linea de aborto seguro, Las Confidentas de Tijuana
La despenalización del aborto en la Ciudad de México sucedió hace 10 años y desde ese momento a la actualidad no se ha podido avanzar en los demás estados del país. Las acciones emprendidas para lograr la despenalización del aborto en los demás estados de la república mexicana se ha obstacularizado por los partidos de derecha, grupos y asociaciones conservadoras que se movilizaron para “blindar” el derecho a la vida desde la concepción, aunque se respetaron las causales existentes en los códigos penales estatales.
Las modificaciones a las constituciones estatales colocaron dentro de sus artículos que “la protección de la vida es desde el momento de la concepción hasta la muerte”. Se realizaron modificaciones al código penal y constituciones políticas locales para dar protección a un no nacido por encima de las mujeres gestantes. Baja California, Morelos y San Luis Potosí fueron los primeros estados en aprobar estas reformas.
La disputa sobre la despenalización del aborto en los estados de Guerrero y Nuevo León en el 2014, ha elevado a 19 los estados, de 32 en total, que reconocen el derecho a la vida desde la concepción (Maier, 2015).
Los grupos conservadores tienen gran injerencia no solo en la legislación del aborto, sino que además consecuentemente influyen en la aceptación o rechazo dentro de la sociedad. Esto se refiere a que “las relaciones de poder producen y son producidas por distintos discursos de “verdad” que no sólo se legitiman por las instituciones, sino por la propia sociedad” (Veloz, 2014).
Baja California y aborto.
Desde un contexto fronterizo, en su trabajo, Ojeda (2003) expone lo que representa para algunas mujeres vivir en la frontera con Estados Unidos, lo cual supone un acceso más fácil al aborto seguro para mujeres de ciertos sectores económicos. Sin embargo, aunque representa un espacio donde es posible abortar sin correr riesgos legales, de salud o incluso de muerte, cruzar la frontera para abortar no garantiza superar otro tipo de riesgos sociales y culturales. Tener que callar y vivir aisladas su experiencia al igual que lo hacen las mujeres que realizan abortos clandestinos es también un perjuicio que experimentan todas.
Tales riesgos, como la hostilidad, señalamiento y prejuicios se deben a que las posiciones conservadoras permean nuestra sociedad. En este contexto Elizabeth Maier (2010) se ha dado a la tarea de investigar las disputas entre los grupos conservadores y quienes están a favor de la despenalización del aborto. Expone cómo las fuerzas políticas conservadoras en estrecha alianza con la Iglesia Católica y la diversidad Evangélica han intentado mantener la hegemonía de los significados culturales en relación al inicio de la vida y la persona humana, la interpretación de la reproducción biológica, y la de reproducción los derechos de las mujeres. Ante tales intentos, los grupos feministas a favor de la autonomía de los cuerpos y del derecho a decidir han generado acciones a fin de encontrar soluciones ante un embarazo no deseado formando así redes de acompañamiento para aborto seguro.
Las aportaciones de Maier ayudan a entender las ideas tradicionales y el proceso histórico político de la lucha por la despenalización del aborto en la frontera, cómo es que se han ido organizando tanto los grupos conservadores como progresistas. El proceso histórico de las disputas se ancla en el presente y ayuda a entender y analizar la permanencia de las posturas conservadoras en la actualidad. Ayuda también a mirar la manera en que se sigue haciendo frente a otras formas de entender la vida, la familia, la sexualidad y los cuerpos de las mujeres, desde diversos grupos y organizaciones .
En ese sentido Aguilar (2014) en su trabajo de tesis reconoce las estrategias que utilizan las mujeres de la frontera en Baja California para acceder a un aborto seguro y los elementos que figuraron en el proceso para acceder a estas estrategias. La autora nos habla de agencia, de percepción de riesgo del contexto y reconoce la importancia de la participación de las redes de apoyo en la configuración de las estrategias, así como el entorno social, recursos materiales y económicos. Aguilar documenta cómo a pesar de la percepción de los riesgos legales esto no impide que las mujeres aborten.
De igual forma en el contexto fronterizo Areli Veloz (2016) contribuye al análisis de la construcción que se da de las representaciones sobre las feminidades, donde no sólo las posicionaban como medios para la reproducción sino también como “portadoras” del honor de la colectividad a la cual representaban.

En la frontera Tijuana- San Diego según Veloz (2016) el honor de las naciones y las formas de control y regulación de sus respectivas fronteras recaía en los cuerpos femeninos. Para las élites políticas el aborto representaba la inestabilidad de un aparente orden social de la ciudad, el cuerpo de las mujeres ha sido el principal elemento de contienda política, anclándose en su capacidad reproductora y el respeto a ejercer sus derechos (Veloz, 2016).
Las mujeres que han tenido los recursos para trasladarse a la Ciudad de México donde el aborto es legal hasta las 12 semanas de gestación o que incluso llegan a la ciudad de San Diego, en los Estados Unidos, han recibido atención adecuada para llevar a cabo esta práctica. Sin embargo, aquellas mujeres que no tienen los recursos económicos, sociales o culturales recurren al medicamento (misoprostol) o algún otro método.
Criminalización de mujeres por aborto
En cuanto a la criminalización de mujeres por el delito de aborto, además de los riesgos a la salud y de la propia vida a los que se enfrentan, ellas están en riesgo de ser encarceladas no solo por aborto voluntario, sino incluso por aborto espontáneo, ya que en algunos casos no se hacen las investigaciones pertinentes para determinar una u otra acción.
Al respecto, GIRE1) El Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) nació en 1992 con el objetivo de difundir información objetiva, científica y laica sobre el aborto en México, para así posicionarlo como un tema de interés público, de salud pública y de justicia social. Durante 25 años GIRE se ha consolidado como una organización de derechos reproductivos. Ver: https://gire.org.mx/quienes-somos/
En el informe del 2017 menciona que realizaron solicitudes de acceso a la información a los poderes judiciales locales de los 31 estados y del Distrito Federal para conocer el número de mujeres procesadas y sentenciadas por el delito de aborto. Hubo respuesta de las 32 entidades federativas, de las cuales en 6 se interpuso recurso de revisión debido a que las respuestas fueron nulas o poco satisfactorias. Entre estos 6 estados se encuentra Baja California. En el mismo informe GIRE menciona que al menos en 5 estados la respuesta a la solicitud fue de inexistencia de clasificación estadística del delito de aborto. Sin embargo, la mayoría de las entidades no generan estadísticas acerca del tipo de sentencia, edades de las inculpadas o sentenciadas por el delito de aborto, así como la cantidad de caución a la que tuvieron derecho si aplicaba (GIRE, 2017).
Por su parte la Red Iberoamericana de Derechos Humanos en el año 2011 declara que entre los años 2000 y 2010 fueron encarceladas 14 bajacalifornianas acusadas por el delito de homicidio agravado por razón de parentesco, tipo penal con el que se pretende sancionar a las mujeres que decidieron abortar con una pena de cárcel de entre 20 y 50 años de prisión, sin derecho a fianza (Torres, 2011).
En su informe del 2017 GIRE señala que los obstáculos para acceder a la justicia en nuestro país siguen vigentes, se cometen al menos 600 mil delitos sexuales cada año; 9 de cada 10 víctimas son mujeres; 4 de cada 10 de ellas tienen menos de 15 años de edad. De manera alarmante, el lugar en el que más seguras deberían de estar las mujeres, es en donde se producen la mitad de los delitos sexuales: sus hogares, y 60% de las veces, sus agresores resultan ser familiares o personas conocidas. Cada día, en el país se realizan más de 1,640 denuncias de delitos de violencia sexual, pero lo más preocupante es que esta elevada cifra representa solamente 10% de lo que en realidad sucede (GIRE, 2017). Esta es una de las grandes ausencias, no se tiene el número exacto de mujeres procesadas y encarceladas por aborto, ni de abortos voluntarios atendidos en hospitales debido a las circunstancias de criminalización y por lo tanto de clandestinidad que rodean esta práctica.
Cuando hablamos de aborto libre y seguro hablamos de la libertad de elegir ser o no ser madres, de que todas las mujeres tengan acceso a información sobre salud sexual reproductiva y no reproductiva, a servicios de salud que provean de métodos anticonceptivos y de emergencia así como abortos seguros. Hablamos de bienestar físico y psicológico, proporcionando y difundiendo información certera acerca de esta práctica. Hablamos de igualdad de derechos para todas las mujeres, sin categorizarlas en ciudadanas de “primera” y de “segunda”, las de primera llevando a cabo su aborto en clínicas y hospitales privados, las mujeres de segunda, mujeres pobres o que no cuentan con recursos son las que mueren en clínicas clandestinas o llegan desangrándose al hospital donde son criminalizadas y hostigadas por el personal médico.
Es necesario ver el problema que enfrentamos como sociedad y hablar de él tomando en cuenta la diversidad de situaciones que lo rodean a partir de las experiencias propias de las mujeres que han decidido poner fin a su embarazo. Inmersos en este contexto es necesario analizar lo que esto implica. Ver cómo a la par de esta práctica emergen formas diferentes de pensamiento, afectos y organización que entre alianzas y desencuentros hacen frente a un problema que el Estado asume desde un aspecto moral, imponiendo una visión sobre el comienzo de la vida humana y castigando penalmente a aquellas personas que se practican un aborto.

Sociedad y mecanismos de criminalización
La expresión de la idea de abortar genera una serie de opiniones que regularmente van en torno a la desaprobación de tal decisión. Estas verbalizaciones no solo tratan de lo que implica ser una buena o mala mujer. En estos discursos el aborto equivale a quitarle la vida a alguien, las mujeres son llamadas “asesinas” y no es solo la palabra que ya lleva la carga en sí misma, es además la forma en que es dicha. Sobre todo la o las personas que dicen esto a la mujer que va abortar o que ya abortó, la opinión de la familia y las creencias respecto al aborto, hacen eco en algunas mujeres que deciden abortar, influyendo para que su aborto se viva de manera conflictuada.
En repetidas ocasiones las colaboradoras refieren una fluctuación respecto a sus emociones y la decisión de abortar, en momentos parecían totalmente convencidas de su decisión. Sin embargo, en otros momentos dudaban, atormentándose, cuestionándose y convenciéndose a sí mismas de si la decisión de abortar era lo mejor o lo único que pudieron hacer. La duda de las mujeres acerca de su decisión sobreviene a partir de estas ideas de hacer algo “bueno”, tener a su hijo, o ser “mala” mujer y abortarlo; todo esto a partir de los aprendizajes generalmente basados en ideas religiosas.
Los “latigazos” comenta una de las entrevistadas, refiriéndose a las palabras hirientes hacia las mujeres que abortan como elemento de castigo, asociados además al escarmiento y castigo público, reconociendo que en ocasiones pensaba que los dolores físicos y emocionales eran parte de su castigo y merecidos por haber abortado.
Algunas mujeres que han abortado confían y acuden a estas instituciones médicas en donde el aborto es legal a fin de no poner en riesgo su vida. En general, según las mujeres entrevistadas la atención en estos centros la describen como buena. Sin embargo, hay casos en los que acudir a estas clínicas donde el aborto es legal no asegura un trato digno.
Vemos, cómo en la búsqueda de métodos para abortar, algunas mujeres acuden a clínicas privadas para que les realicen un aborto de manera ilegal pero segura. Sin embargo, para que esto suceda, las mujeres deben contar con los medios económicos necesarios para pagar los servicios.
Una de las entrevistadas, percibe el servicio que brinda la clínica de aborto en la Ciudad de México, como un proceso monótono y cotidiano para el personal que ahí labora, donde las mujeres salen por “tandas”. Esto implica que tener un aborto seguro, en clínicas donde el aborto es legal, no significa que emocionalmente lo vayan a pasar bien. Estas mujeres no están exentas de vivir situaciones difíciles, en ocasiones, estas experiencias desagradables vividas en las clínicas u hospitales son percibidas como un castigo que se merecen por haber abortado.
La nula respuesta ante la demanda de despenalización del aborto en el Estado y el poco interés en legislar en ese sentido, las mujeres feministas nos hemos organizado con el fin de informarnos, capacitarnos y acompañar a mujeres en sus procesos de aborto voluntario. Somos conscientes de que cada día hay mujeres que están pasando por un embarazo no deseado, ante lo cual el aborto seguro con medicamento puede ser una solución que no ponga en riesgo su vida. Una alternativa seguro frente a tomar pastillas sin tener conocimiento o tener que visitar clínicas clandestinas.
En nuestro Estado esta opción se vuelve una carrera de obstáculos con diferentes niveles de dificultad dependiendo de los medios con los que cuente la persona. Hemos visto cómo tener ciertos recursos de alguna manera facilita el acceso al método para abortar aunque no excluye necesariamente a las mujeres de experimentar momentos desagradables relacionados a juicios, críticas, relaciones de pareja, conflictos internos y familiares durante este proceso.
En Baja California, desde hace años las colectivas feministas han luchado por los derechos de las mujeres. Apenas es en el 2016 que comienzan a formarse las colectivas de acompañamiento de aborto seguro en Baja California, Las Blodys and Project en la ciudad de Tijuana y Las Centinelas fueron de las primeras colectivas que se formaron en en el Estado, actualmente existen las siguientes colectivas que trabajan por la autonomía de los cuerpos de las mujeres: Las Borders, Mujeres Tierra a.c., Las Confidentas, Comunidad Circular, Colectiva Siempre Vivas.
En otros lugares estas redes de acompañamiento de aborto llevan muchos años trabajando, en Baja California, vamos comenzando, cada vez somos más y no nos detendrán.
Referencias
Aguilar, M.E. (2014). Estrategias para acceder al aborto en un contexto de penalización absoluta (Tesis de maestría). El Colegio de la Frontera Norte, Tijuana, México.
GIRE (2017). – Violencia sin interrupción. GIRE 2ª. Edición. México D.F. disponible en: http://aborto-por-violacion.gire.org.mx/#/
Maier, E. (2010). El aborto y la disputa cultural contemporánea en México. La Aljaba Segunda época, Volumen XIV, 2010, pp. 11-30. Tijuana, México.
Maier E. (2015). La disputa sobre el aborto en México: Discursos contrastados de personificación, derechos, la familia y el Estado. Rev. Gerenc. Polít. Salud.; 14(29): 10-24. En: http://dx.doi.org/10.11144/Javeriana
Ojeda, N. (Octubre-Diciembre 2003). El aborto inducido de las mexicanas en el contexto transfronterizo México-Estados Unidos. Papeles de Población, vol. 9, núm. 38. P.p.213-251.
Torres, G. (09 de Marzo de 2011) Encarcela Baja California a 14 mujeres por abortar. CIMAC noticias México, DF. Recuperado de: http://www.cimacnoticias.com.mx/node/40804
Veloz, A. (2014). La producción de feminidades en la ciudad: relaciones sociohistóricas y acciones políticas en Tijuana. (Tesis doctoral). Universidad Autónoma Metropolitana. México D.F.
Veloz, A. (2016). Disputas políticas en torno a los abortos en la frontera Tijuana-San Diego (1950-1970). Revista Intersticios de la política y la cultura. Volumen 5 núm. 9:127-139.Córdoba, Argentina.
A LUTA PELA DESCRIMINALIZAÇÃO DO ABORTO VOLUNTARIO EM BAJA CALIFORNIA, MÉXICO.

Traduzido por Helena Silvestre
A descriminalização do aborto na Cidade do México aconteceu há 10 anos e desde então não tem sido capaz de fazer progressos em outros estados, as ações empreendidas para alcançar a descriminalização nos vários estados da república tem sido bloqueadas pelos partidos de direita, grupos conservadores e associações que se mobilizaram nos estados para «blindar» o direito à vida desde a concepção, embora os fundamentos existentes nos códigos penais estaduais fossem respeitados.
As modificações nas constituições estaduais consolidaram «a proteção da vida desde o momento da concepção até a morte». Foram feitas modificações no código penal e nas constituições políticas locais para dar proteção a um feto mais do que as mulheres grávidas. Baja California, Morelos e San Luis Potosí foram os primeiros estados a aprovar essas reformas.
A disputa pela descriminalização nos estados de Guerrero e Nuevo León em 2014 elevou para dezenove os estados, de 32 no total, que reconhecem o direito à vida desde a concepção (Maier, 2015).
Os grupos conservadores têm grande ingerência não apenas na legislação do aborto, mas também influenciam a aceitação ou rejeição do mesmo dentro da sociedade. «Com isso quero dizer que as relações de poder produzem e são produzidas por diferentes discursos de» verdade «que não são legitimados apenas pelas instituições, mas pela própria sociedade» (Veloz, 2014).
Baja califórnia e aborto.
A partir desse contexto de fronteira, em seu trabalho, Ojeda (2003) expõe o que representa para algumas mulheres que vivem na fronteira com os Estados Unidos, um acesso mais fácil ao aborto seguro para mulheres de determinados setores econômicos. No entanto, embora represente uma região onde é possível abortar sem assumir riscos legais, de saúde ou mesmo de morte, cruzar a fronteira para abortar não garante a superação de outros riscos sociais e culturais por terem que calar e viver sua experiência isoladamente, tal qual as mulheres que realizam abortos clandestinos.
Tais riscos, como hostilidade, preconceito e julgamentos, se devem ao fato de que posições conservadoras permeiam nossa sociedade. Neste contexto, Elizabeth Maier (2010) assumiu a tarefa de investigar a disputa entre grupos conservadores e aqueles a favor da descriminalização do aborto. Ela expõe como as forças políticas conservadoras, em estreita aliança com a Igreja Católica e a diversidade evangélica, tentaram manter a hegemonia dos significados culturais em relação ao começo da vida e da pessoa humana, a interpretação da reprodução biológica e a reprodução dos direitos das mulheres. Diante de tais tentativas, grupos feministas em luta pela autonomia dos corpos e pelo direito a decidir têm construido ações no sentido de encontrar soluções para uma gravidez indesejada, formando redes de apoio ao aborto seguro.
As contribuições de Maier ajudam a entender as ideias tradicionais e o processo histórico político da luta pela descriminalização do aborto na fronteira e a organização tanto de grupos conservadores como progressistas. O processo histórico de disputas está ancorado no presente e ajuda a entender e analisar a manutenção de posições conservadoras hoje, assim como o modo como elas são enfrentadas por vários grupos e organizações que possuem outras formas de entender a vida, a família, a sexualidade e os corpos das mulheres.
Nesse sentido, Aguilar (2014) em seu trabalho de tese reconhece as estratégias utilizadas pelas mulheres na fronteira em Baja Califórnia para acessar um aborto seguro e os elementos originados no processo de acesso a essas estratégias; fala de agenciamento, de percepção de risco no contexto e reconhece a importância da participação de redes de apoio na configuração de estratégias, bem como o ambiente social, recursos materiais e econômicos, documenta como, apesar da percepção de riscos legais, isso não impede as mulheres abortem.
Da mesma forma, no contexto fronteiriço, Areli Veloz (2016) contribui para a análise da construção que se dá das representações sobre a feminilidade, onde não só as posicionaram como meios de reprodução, mas também como «portadoras» da honra da comunidade que representavam.

Na fronteira entre Tijuana e San Diego, segundo Veloz (2016), a honra das nações e as formas de controle e regulação de suas respectivas fronteiras recaem sobre os corpos femininos. Para as elites políticas o aborto representa a instabilidade de uma ordem social aparente da cidade, o corpo das mulheres tem sido o principal elemento da luta política, ancorado em sua capacidade reprodutiva e no que diz respeito a exercer os seus direitos (Veloz, 2016).
As mulheres que tiveram os recursos para se deslocarem até a Cidade do México, onde o aborto é legal até 12 semanas de gestação ou até mesmo ir para a cidade de San Diego, nos Estados Unidos, receberam cuidados adequados para realizar o aborto, enquanto aquelas mulheres que não têm recursos econômicos, sociais ou culturais recorrem ao medicamento (misoprostol) ou algum outro método.
Criminalização de mulheres por aborto
Em relação à criminalização das mulheres pelo crime de aborto, além de enfrentarem os riscos para sua saúde e sua vida, correm também o risco de serem presas não só pelo aborto voluntário, mas até mesmo aborto espontâneo já que as investigações pertinentes não são feitas para determinar uma ou outra ação.
A este respeito, GIRE 2)Grupo de Informação em Reprodução Escolhida (GIRE) nasceu em 1992 com o objetivo de difundir informação objetiva, científica y laica sobre o aborto no México, para assim posicioná-lo como um tema de interesse público, de saúde pública e de justiça social. Durante 25 anos GIRE se consolidou como uma organização de direitos reprodutivos. Ver: https://gire.org.mx/quienes-somos/ no relatório de 2017 menciona que fez pedidos de acesso a informação aos poderes judiciários locais dos 31 estados e do Distrito Federal para aferir o número de mulheres julgadas e condenadas pelo crime de aborto. Obtiveram resposta dos 32 estados, sendo que para seis foram interpostos pedidos de revisão porque as respostas eram nulas ou insatisfatórias. Entre estes 6 estados esta Baja California. No mesmo relatório, o GIRE menciona que pelo menos em cinco estados a resposta ao pedido foi a de ausência de classificação estatística do crime de aborto. No entanto, a maioria das organizações não geram estatísticas sobre o tipo de sentença, a idade da indiciada ou condenada por crime de aborto, bem como a quantidade de fianças a que puderam ser escolhidas, quando aplicáveis (girar, 2017).
Por sua vez, a Rede Latino-Americana de Direitos Humanos em 2011 afirmou que entre os anos 2000 e 2010 foram presas 14 Bajacalifornianas indiciadas pelo crime de homicídio qualificado em razão de parentesco, tipologia criminal utilizada para punir as mulheres que escolheram o aborto com uma sentença de prisão entre 20 e 50 anos de prisão, sem direito a fiança (Torres, 2011).
Em seu relatório de 2017, GIRE ressalta que os obstáculos ao acesso à justiça em nosso país ainda estão em vigor, pelo menos 600 mil crimes sexuais são cometidos a cada ano; nove entre dez vítimas são mulheres; quatro em cada dez delas têm menos de 15 anos. De forma alarmante, o lugar em que mais seguras deveriam estar as mulheres é onde metade dos crimes sexuais ocorrem: suas casas e, em 60% dos casos, seus agressores são parentes ou pessoas próximas. Todos os dias, mais de 1.640 denúncias de crimes de violência sexual são realizadas no país, mas o mais preocupante é que esse alto número representa apenas 10% do que realmente acontece. (GIRE, 2017). Esta é uma das grandes ausências, não existem números exatos de mulheres processadas e presas por aborto ou de abortos voluntários tratados em hospitais devido às circunstâncias de criminalização e, portanto, de clandestinidade que rodeiam esta prática.
Quando falamos de aborto livre e seguro, falamos sobre a liberdade de escolher ser ou não mães, sobre o direito de todas as mulheres a acessar a informação sobre saúde sexual e reprodutiva e não reprodutiva, acessar serviços de saúde que forneçam métodos contraceptivos e de emergência, bem como abortos seguros, falamos de bem-estar físico e psicológico, fornecendo e divulgando informações precisas sobre essa prática. Falamos de direitos iguais para todas as mulheres, sem categorizá-las como cidadãs de «primeira» e de «segunda», onde as de primeira realizam o aborto em clínicas e hospitais privados, enquanto que as mulheres de segunda classe, mulheres pobres ou que não têm recursos, morrem em clínicas clandestinas ou chegam sangrando até hospitais, onde são criminalizadas e assediadas pelo pessoal médico.
É necessário ver o problema que enfrentamos como sociedade, falar sobre isso levando em conta a diversidade de situações que o cercam com base nas experiências de mulheres que decidiram interromper uma gravidez, para analisar o que isso implica imerso nesse contexto , ver como juntamente a estas práticas emergem diferentes formas de pensamento, afetos e organização entre alianças e conflitos que enfrentam um problema que o estado assume a partir de um aspecto moral, impondo uma visão do início da vida humana e punindo criminalmente aquelas pessoas que fazem um aborto.

Sociedade e mecanismos de criminalização
A expressão da ideia de aborto gera uma série de opiniões que regularmente giram em torno da desaprovação de tal decisão. Essas verbalizações não são apenas sobre o que significa ser uma mulher boa ou má. Nesses discursos aborto é equivalente a tirar a vida de alguém, as mulheres são chamadas de «assassinas» e não se trata apenas da palavra que já carrega o fardo em si, mas também de como se diz e, especialmente, da pessoa ou pessoas que dizem isso para a mulher que já está abortando ou que já abortou, a visão da família e crenças sobre o aborto ecoam em algumas mulheres que decidem abortar influenciando para que o aborto seja vivido de forma conflituosa.
Repetidamente as colaboradoras se referem a uma flutuação no que diz respeito às emoções mobilizadas na decisão de abortar, nos momentos em que pareciam totalmente convencidas de sua decisão. No entanto, outras vezes hesitavam, atormentavam-se, questionavam-se e convenciam-se de que a decisão de fazer um aborto era a melhor ou a única coisa que podiam fazer. A dúvida das mulheres sobre sua decisão vem dessas ideias de fazer algo «bom» e ter seu filho, ou ser uma mulher «má» e abortá-lo; tudo isso oriundo de uma aprendizagem geralmente baseada em ideias religiosas.
As «chicotadas», disse uma entrevistada referindo-se às palavras pejorativas em relação às mulheres que abortam como um elemento de punição, também associada ao escárnio e castigo público, reconhecendo que às vezes pensava que a dor física e emocional era parte de sua punição merecida por ter abortado.
Algumas mulheres que abortaram confiam e recorrem a essas instituições médicas onde o aborto é legal para não colocar suas vidas em risco. Em geral, de acordo com as mulheres entrevistadas, o atendimento nesses centros é descrito como bom. No entanto, há casos em que ir a essas clínicas onde o aborto é legal não garante um tratamento digno.
Vemos como, na busca de métodos para abortar, algumas mulheres recorrem a clínicas particulares para realizar um aborto ilegal, mas com segurança. No entanto, para que isso aconteça, as mulheres devem ter os meios financeiros para pagar pelos serviços.
Uma das entrevistadas percebe o serviço prestado pela clínica de aborto na Cidade do México, como um processo monótono e cotidiano para a equipe que trabalha lá, de onde as mulheres saem em «série».
Isto implica que ter um aborto seguro, em clínicas onde o aborto é legal, não significa que elas atravessarão a experiência emocionalmente bem. Essas mulheres não estão isentas de viver situações difíceis, às vezes, essas experiências desagradáveis vivenciadas em clínicas ou hospitais são percebidas como uma punição que merecem por terem abortado.
Sem resposta à demanda para descriminalizar o aborto e sem nenhum interesse do Estado em legislar neste sentido, nós feministas temos nos organizado a fim de informar, nos capacitar e acompanhar as mulheres no seu processo de aborto voluntário. Estamos conscientes de que todos os dias há mulheres que estão passando por uma gravidez indesejada, e que, diante disso, o aborto seguro com medicamentos pode ser uma solução para que as mulheres não ponham em perigo a sua vida, tomando pílulas sem conhecimento ou padecendo em clínicas clandestinas.
Em nosso estado esta opção torna-se uma avenida cheia de obstáculos com diferentes níveis de dificuldade, dependendo dos meios e recursos disponíveis para a pessoa. Vimos como possuir certos recursos de alguma forma facilita o acesso ao método de aborto, mas não exclui necessariamente as mulheres de experimentarem momentos desagradáveis relacionados aos julgamentos, críticas, relacionamentos amorosos e conflitos familiares durante este processo.
Em Baja California, durante anos as coletivas feministas lutaram pelos direitos das mulheres. Mas foi em 2016 que começaram a se formar coletivas acompanhamento do aborto seguro em Baja Califórnia, Las Blodys and Project na cidade de Tijuana e Las Sentinelas foram os primeiros grupos que se formaram em Baja California, atualmente existem as seguintes coletivas que trabalham pela autonomia dos corpos das mulheres: Las Borders, Mujeres Tierra a.c., las confidentas, comunidad circular, colectiva siempre vivas.
Em outros lugares, essas redes de apoio ao aborto têm funcionado por muitos anos. Em Baixa Califórnia, estamos começando, somos cada vez mais e não vão nos impedir.
Referencias
Aguilar, M.E. (2014). Estrategias para acceder al aborto en un contexto de penalización absoluta (Tesis de maestría). El Colegio de la Frontera Norte, Tijuana, México.
GIRE (2017). – Violencia sin interrupción. GIRE 2ª. Edición. México D.F. disponible en: http://aborto-por-violacion.gire.org.mx/#/
Maier, E. (2010). El aborto y la disputa cultural contemporánea en México. La Aljaba Segunda época, Volumen XIV, 2010, pp. 11-30. Tijuana, México.
Maier E. (2015). La disputa sobre el aborto en México: Discursos contrastados de personificación, derechos, la familia y el Estado. Rev. Gerenc. Polít. Salud.; 14(29): 10-24. En: http://dx.doi.org/10.11144/Javeriana
Ojeda, N. (Octubre-Diciembre 2003). El aborto inducido de las mexicanas en el contexto transfronterizo México-Estados Unidos. Papeles de Población, vol. 9, núm. 38. P.p.213-251.
Torres, G. (09 de Marzo de 2011) Encarcela Baja California a 14 mujeres por abortar. CIMAC noticias México, DF. Recuperado de: http://www.cimacnoticias.com.mx/node/40804
Veloz, A. (2014). La producción de feminidades en la ciudad: relaciones sociohistóricas y acciones políticas en Tijuana. (Tesis doctoral). Universidad Autónoma Metropolitana. México D.F.
Veloz, A. (2016). Disputas políticas en torno a los abortos en la frontera Tijuana-San Diego (1950-1970). Revista Intersticios de la política y la cultura. Volumen 5 núm. 9:127-139.Córdoba, Argentina.
Traduzido por: Helena Silvestre
Angélica Medina García nacida en Oaxaca de Juárez Oaxaca, actualmente reside en la ciudad de Mexicali, Baja California, activista y Psicóloga por la Universidad Autónoma de Baja California, cuenta con una especialización en Estudios de Género en Educación por la Un iversidad Politécnica Nacional (UPN) y diversos diplomados de psicoterapia, medio ambiente y temas sociales. Ha trabajado como psicoterapeuta especializándose en atención a víctimas de violencia, ha impartido talleres relacionados con temas de sexualidad, desarrollo comunitario, derechos sexuales y reproductivos, también ha participado en diversos colectivos enfocados a la defensa de los derechos humanos, difusión artística y participación política. Ha trabajado en instituciones públicas y organizaciones de la sociedad civil, pertenece a la red de apoyo al Congreso Nacional Indígena, integrante de la colectiva Las Centinelas red de acompañamiento por el derecho a decidir en Mexicali Baja California, realizó un intercambio académico en el Instituto de Altos Estudios sociales (IDAES) de la Universidad Nacional de San Martin en Buenos Aires Argentina, recientemente obtuvo el grado de Maestría en estudios socioculturales en el Instituto de Investigaciones Culturales-Museo UABC con la tesis: Hilando experiencias. Aborto voluntario: emociones, sororidad y criminalización. Una investigación feminista.
Notas
1. | ↑ | El Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) nació en 1992 con el objetivo de difundir información objetiva, científica y laica sobre el aborto en México, para así posicionarlo como un tema de interés público, de salud pública y de justicia social. Durante 25 años GIRE se ha consolidado como una organización de derechos reproductivos. Ver: https://gire.org.mx/quienes-somos/ |
2. | ↑ | Grupo de Informação em Reprodução Escolhida (GIRE) nasceu em 1992 com o objetivo de difundir informação objetiva, científica y laica sobre o aborto no México, para assim posicioná-lo como um tema de interesse público, de saúde pública e de justiça social. Durante 25 anos GIRE se consolidou como uma organização de direitos reprodutivos. Ver: https://gire.org.mx/quienes-somos/ |